La idea de las casas-patio de Mies van der Rohe

Nos encontramos alrededor de 1920, donde el objetivo de los arquitectos racionalistas era el de sistematizar al máximo la construcción de casas, que tuvieran buena orientación, que no fueran muy costosas y aprovechar al máximo el espacio de la parcela para familias tipo, de clase obrera o burguesa. Se empezó a emplear la repetición de estos modelos en todos los dibujos de los arquitectos. Tal y como hizo Henry Ford con su Ford T por aquellos entonces, la casa pasó a ser un objeto producido en serie.

El arquitecto Mies Van der Rohe tenía otra idea de casa. Elaboró proyectos individuales que se salían del estándar repetitivo.

Su idea era seguir un mismo sistema que se adaptaba a la proporción de la parcela, la orientación, la profundidad o los metros.
Agrupación de casas-patio, Mies van der Rohe, 1938. Planta

El sistema consistía en el empleo de vidrio, cubierta plana, muros que delimitan el recinto y estructuras reticulares. Estos pocos elementos se adaptaban a cada caso para conseguir resultados completamente diversos y particulares.

Las superficies de estas casas tenían unos 200 – 300m² construidos, y sumando los patios, tanto los principales como los íntimos, se aproximaban a los 1.000m².

Más allá de los materiales empleados, lo curioso de estas casas era cuál era su objetivo como vivienda. Fueron proyectadas sin cliente, sólo como ideas, huyendo de la típica casa familiar. Mies quería trabajar la casa en su máxima abstracción para poder entender la vida moderna. Es por eso, que renuncia al lastre de la familia como habitante de la casa.

Croquis casas-patio, Mies van der Rohe
Croquis casas-patio, Mies van der Rohe

Sus casas patio están diseñadas para un solo habitante. Ninguna tiene más de un dormitorio, o mejor dicho: No existen espacios cerrados, si no que se trata de un medio continuo que hace requiebros y organiza sus objetos y muebles de tal manera, que gracias a estos requiebros, se determina la privacidad de cada espacio y para qué será utilizado. Estos espacios continuos y la idea de un único habitante era la base de Mies para plantear cómo viviría el hombre moderno si atendiese únicamente a su individualidad.

La más elaborada de esta serie, era la Casa con tres patios de 1934. Su distribución es relativamente funcional, los espacios adecuados y la cama relativamente generosa de dimensiones. Si nos fijáramos sólo en esto podríamos pensar que podría albergar a una pareja joven o sin hijos, aunque si miramos más a fondo, se puede apreciar que está destinada a un único habitante.

Casa con tres patios, Mies van der Rohe, 1934 (dibujo 1939). Planta y alzado
Casa con tres patios, Mies van der Rohe, 1934 (dibujo 1939). Planta y alzado

 

Lo sabemos porque los muros no están ahí para delimitar la parcela, o para crear un microclima, que sería el origen del patio. Están para otorgar privacidad, para ocultar lo que se vive dentro y permitir hacer una vida libre. La idea era afirmar la individualidad y la casa como el imperio del yo. Aquí tendría mucha relevancia Nietzsche y su teoría del «superhombre».

Sólo a través del conocimiento filosófico se revela el orden correcto de nuestras tareas y a su través el valor y la dignidad de nuestra existencia.

 – Mies van der Rohe, 1927

 

Bibliografía
 – «La buena vida» – Iñaki Ábalos 

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