Interiorismo emocional. ¿Qué es y en qué nos puede ayudar?

Cada sitio que visitamos, crea un efecto en nosotros. Cada espacio que recorremos nos transmite algo. 

-Fred Gage

Seamos conscientes o no, el diseño de los espacios afecta a nuestras emociones. La ciencia ha demostrado que nuestro estado de ánimo guarda relación con los objetos y espacios que nos rodean. 

Pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores. El entorno modifica la química cerebral, y por lo tanto, las emociones, los pensamientos y las conductas. Así que es buena idea tener esto en cuenta para podernos beneficiar de un buen diseño que genere unas emociones determinadas.

¿Qué elementos podemos tener en cuenta?

Formas

Sabemos que los diseños con ángulos marcados o puntiagudos nos hace estresarnos, al contrario que las formas suaves y redondeadas, que nos dan mayor sensación de tranquilidad.

Por otra parte, los espacios con la planta cuadrada nos dan mayor sensación de espacio cerrado que los rectangulares.

Altura techos

Los techos altos ayudan a que seamos más creativos. Sin embargo, los techos bajos favorecen la concentración y el trabajo rutinario.

Colores

Los colores condicionan nuestro estado de ánimo. Los tonos fríos relajan y alivian el estrés, mientras que los cálidos nos estimulan. Sobre cómo nos afectan los colores tienes un blog entero dedicado a este tema aquí.

Naturaleza

Para un funcionamiento óptimo de nuestro cerebro es importante que esté en contacto con la naturaleza o con espacios exteriores. En nuestras células hay información que está directamente relacionada con la naturaleza, y es por eso que ésta le da al cerebro la posibilidad de desconectar y recargarse. 

“Indudablemente el contacto con la naturaleza y el vínculo con el espacio exterior son un gran aliado para conectarnos con el universo y vivir con mayor bienestar."

Traduciendo esto al interior, podemos aprovecharnos de elementos naturales en nuestra casa para acercarnos lo máximo a ese ideal de naturaleza.

Las plantas nos conectan con la tierra. Tienen un efecto relajante, oxigenan y purifican el aire. También nos ayudan en nuestro estado de ánimo, ya que nos sentimos acompañados de vida.

Utilizar materiales como la madera y la piedra también nos aporta la relación que necesitamos con la naturaleza y sus beneficios.

Espacio para uno

Hay rincones en nuestro hogar donde nos sentimos más a gusto. Esto tiene relación con las vistas, la iluminación, los materiales, los colores y las texturas elegidas. 

Encontrar un espacio en casa donde hacer aquello que nos haga sentir bien y nos nutra de energías positivas también nos ayuda a estar mejor. Hay elementos que ayudan a crear este espacio de descanso como son las velas o los inciensos. Y si queremos recargar y focalizar nuestra energía, utilizar piedras y minerales nos ayudan en este propósito. Si quieres más información sobre el mundo energético y de las piedras, te recomiendo visitar Esmagic

Sonidos

Otro elemento importante a la hora de desconectar lo ofrece el córtex auditivo. Esta zona del cerebro es la que se ocupa de interpretar las vibraciones del sonido. Se sabe que cuando una persona activa esta zona con música de su gusto, genera cantidades extra de dopamina, una hormona que mejora la concentración en el trabajo.

El ruido en la oficina es una de las causas más importantes de distracción, disminución de la eficiencia,  aumento del estrés e insatisfacción laboral. El estrés producido por el ruido puede inducir la liberación de cortisol, una hormona que ayuda a restaurar la homeostasis del cuerpo después de una experiencia negativa. El exceso de cortisol afecta el procesamiento de las emociones, el aprendizaje, el razonamiento y el control de los impulsos, alterando la capacidad para pensar con claridad y retener información.

Luz

La iluminación es otro elemento importante. Si en una zona de trabajo hay falta de luz, estamos obligando al cerebro a trabajar de más y esto influye en la productividad. 

Por otro lado la luz solar regula nuestros sistemas endocrino e inmunológico e influye en el funcionamiento de nuestros ciclos circadianos. Los cambios de nivel y temperatura del color afectan nuestro estado de ánimo y la actividad. La luz azulada tiene un efecto activador, mientras que la cálida tiene un efecto relajante. Igualmente, una intensidad baja induce a la relajación y al descanso mientras que una alta  provoca excitación y aumento de actividad. 

Cuando no hemos ajustado la luz a nuestros ciclos pueden aparecer problemas de sueño, fatiga, falta de concentración, depresión, estrés...

Vistas al exterior

En cuanto a espacios de trabajo, si hay vistas al exterior, está demostrado que mejora nuestro bienestar y estado de ánimo y por lo tanto nuestra productividad. Y si además, las vistas son de entornos naturales, el efecto se multiplica. 

Orden

Como no podía ser de otra forma, el orden también influye en nuestras emociones. Un espacio limpio y con pocos objetos hace que tus niveles de estrés bajen, tu mente se relaje y tus pensamientos sean más claros. Así que te recomiendo que si tienes objetos que no usas es mejor que no estén a la vista. 

Si tenemos en cuenta estos aspectos a la hora de crear nuestros espacios, conseguiremos conectar nuestras emociones y estados de ánimo con nuestra casa o espacio de trabajo y conseguir así una experiencia más saludable, motivadora y consciente. ¿Te animas?